Desde la
Asistencia Espiritual
en nuestra
Fraternidad
Asumiendo
lo que el título V en sus arts. 85 y ss de las CC.GG OFS explicíta acerca de la
Asistencia Espiritual, quiero expresarles, además, mi gratitud y cercanía hacia
ustedes, como integrantes de una sola gran familia llamada a vivir el carisma
de Francisco de Asís. Sepan que esa fidelidad
al carisma que expresan las CC.GG como finalidad del Asistente Espiritual
confiada a los hermanos menores, tiene un efecto “bumerang”, puesto que también
me siento alentado y sostenido espiritualmente por ustedes, mis hermanos de la
Orden Tercera.
Ustedes son los que dan frescura y
espontaneidad celebrativa a nuestra vocación -nacida como movimiento laical,
nostalgia perenne de todo fraile enconcertado en los cánones de la
“clericalidad”-…
Quiero
seguir recibiendo de ustedes lo que el mismo Francisco intuyó como interacción
enriquecedora: la necesaria comunión entre las tres familias franciscana, para
que la vida de cada una, en su preservada peculiaridad, sea más rica, más plena
y fecunda.
No quisiera
descuidar la visión fundante que recibiera el “poberello”: llamado a reparar la
Iglesia que amenazaba ruina, ofició de albañil restaurando tres ermitas como preludio de lo que hoy vemos realizado en
las tres órdenes por él fundadas (*). Desde la simbología buenaventuriana
es así como ha de concebirse la riqueza de nuestra espiritualidad, viviendo la
unidad en lo diverso.
Modestamente
me pongo al servicio de todos ustedes contando con sus oraciones.
Fraternalmente:
Fr. Alberto Zini, OFM
Asitente Espiritual